lunes, 30 de junio de 2014

PANCHITO HERNÁNDEZ (Calle)


Antes DORAMAS. 

En la entrada a este Blog correspondiente a la Calle ALCALDE SERVANDO BLANCO comentamos  que la construcción del antiguo Mercado Municipal como edificio singular motivó la definición de nuevas calles en su perímetro, y que esa calle de la fachada lateral de naciente del Mercado Municipal fue nominada en su primer momento calle Reyes Católicos, y ésta calle que ahora comentamos en la fachada lateral de poniente recibió la nominación de DORAMAS, al que siempre fue considerado el último jefe aborigen que fue muerto y enterrado en Arucas.

Conviene recordar que comentábamos en dicha entrada al Blog, aunque no podía asegurarse si intencionado o por azar, se guardó la simbología de la regla natural marcada por el astro solar, el principio al Este y el fin al Oeste, donde los Reyes Católicos representan el principio de una época y Doramas el final de otra. 

DORAMAS fue el jefe de un grupo de la resistencia canaria a la conquista castellana, que se ocultaba en el gran bosque de laurisilva que tomaría su nombre, y residía en una cuevas bastante inaccesibles situadas en el antiguo barranco de Aumastel, después conocido como barranco de Azuaje, próxima al caserío moyense que también lleva su nombre al naciente de la carretera de Moya a Fontanales.

Según las crónicas de la conquista, aún siendo de clase plebeya, ganó fama en el rechazo a los conquistadores liderando su guerrilla, más que tropa, por lo que el capitán castellano Pedro de Vera pone en marcha una campaña decisiva contra él. El 20 de agosto de 1481 se entabló una dura batalla en las proximidades de Arucas, donde Doramas cayó herido de una lanzada, falleciendo a continuación. Hay diferentes versiones sobre el lugar concreto de la batalla. Unos la sitúan en el Lomo de Arucas y otros junto al Camino Real a Gáldar, si bien también aquí surge la división de opiniones. Unos cerca del Portichuelo y otros en la inmediaciones de Trasmontaña.

Las crónicas de Agustín Millares narran que estando herido de muerte Doramas «… Sabido del caso por Vera y sus oficiales, se dispuso inmediatamente hacer alto y bautizarle, para cuya ceremonia, que él no podía comprender, llevaron agua de una fuente cercana en el casco de un soldado. Quiso entonces ser su padrino el mismo General y darle su propio nombre, todo lo cual, verificado sin el menor obstáculo y recibida el agua santa, el héroe expiró. Abriéronle un sepulcro en aquella montaña de Arucas, testigo de sus triunfos y de su derrota, y, entre canarios y españoles, levantaron un cerco que rodease su fosa, señalándola a las futuras generaciones con una humilde cruz...» (MILLARES TORRES, A., Historia de la Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1997, p. 175, Tomo I).

Es esta versión la que sustentaría el origen toponímico del pago aruquense de La Cruz, si bien el autor toma la versión de Abreu y Galindo: «Enterráronlo encima de las montañas los cristianos y algunos canarios que habian venido con él, que no lo habian querido dejar, y le hicieron un cercado en el mismo lugar donde esta enterrado y pusieron una cruz que está hoy allí ».

También aparece la referencia de la "cruz" en la petición de tierras que hace Juan de Ariñez al Consejo General el 23 de febrero de 1551, quien desde su condición de escribano debe adverar lo que manifiesta: «... un pedaço de tierra de sequero que es en la comarca de Arucas en un valle que esta debaxo del camino Real que va a Arucas por baxo de la cruz que a por linderos el barranquillo del desaguadero de Arucas y es enfrente de un corral  que solia ser colmenar que dizen de Adan Azedo en mitad del dicho valle de un cabo e de otro en que podra aver doze hanegadas ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998, p. 463).

Pero hay otras versiones distintas, y nos narra el capellán licenciado Pedro Gómez Escudero que su cabeza fue traída a la Ciudad: «El Gobernador hizo cortar la cabeza a Doramas y traerla puesta en una lanza, y hizo ponerla en la Plaza de el Real, que era la de San Antón» (GÓMEZ ESCUDERO, P.: Historia  de la conquista de la Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1936, p. 43), hecho que no es recogido por los otros cronistas.

Al margen de su lugar de enterramiento, conozcamos de su persona y atributos lo que compendia de las distintas crónicas una buena fuente (LOBO CABRERA, M.: La conquista de Gran Canaria. 1478-1483, Las Palmas de GC, 2012, pp. 161-163): 

«De él dicen que vivía en la montaña de su nombre, con la reputación que había ganado de valiente, habiéndose hecho capitán sin permiso del Guanarteme. En otro pasaje se dice que es hombre de gran cuerpo y mayores fuerzas y ánimo, temido y estimado entre los canarios; y se reitera que era valeroso, valiente y de grandes fuerzas, y que por su valor se había hecho señor del valle y montaña que llevaba su nombre. Hay quien añade que era hombre de grandes fuerzas, pero no de tanto cuerpo; su nombre significaba "narices", porque las tenía muy anchas. 

(...) De lo que sabemos de él, además de su valor, es que era de la categoría de los "trasquilados", es decir villano, hijo de otro de su mismo nombre, natural del reino de Telde, en Arguineguín. 

(...) A partir de 1478 los indígenas de los dos reinos quedaron unidos bajo un solo mando para derrotar al invasor, bajo la capitanía de guerra del valiente Doramas. Abreu nos comenta que empujado este por su valor personal, por su ingenio para estratagemas bélicas en un terreno como el de la isla, y auxiliado por un grupo de jóvenes, logró durante el bienio 1478-1480 una serie continuada de victorias sobre las huestes castellanas, y declinaron tras su muerte en la batalla de Arucas un 20 de agosto de 1481, pues era reconocido como gran guerrero,...». 

En los años setenta del pasado siglo, cuando se decide trasladar el grupo escultórico  "Doramas" de Jose Luis Marrero, antes situado en el centro de la fuente ubicada en la actual Plaza de la Constitución al Lomo de Arucas, uno de los lugares donde se supone pudo ser la histórica "batalla de Arucas", se toma el acuerdo plenario de nominar esta calle a PANCHITO HERNÁNDEZ, es una propuesta del cronista Juan Zamora Sánchez (ZAMORA SÁNCHEZ, J.: La Obra del Cronista, compilación de Juan Zamora Maldonado, Las Palmas de GC, 2003, p. 118), nacida en la inmediatez del recuerdo por su fallecimiento, y posiblemente de la proximidad en la amistad. Surgió la propuesta para reconocer a un personaje del s. XX que prestó con la mejor de las elegancias servicios de transporte a personas, mercancías y medicamentos de urgencias, sin exigir contraprestación alguna en los históricos coches de hora que partían desde sus cocheras en la antigua calle El Sol hacia Las Palmas, cuando sólo habían al día uno o dos viajes públicos, lo que le hacían a su juicio acreedor para ello.

Eran tiempos en que «El acomodamiento del pasaje, cuando éste era mucho, era cosa divertida y curiosa. Era un arte de "estiva" en que eran maestros, por ejemplo, Panchito Hernández, Bruno Toledo, Clemente y José Antonio. El interior del coche estaba destinado preferentemente para las señoras viajeras y con unos "jágase pa llá, cristiana"; con unos "aquí no vamos a vivir"; con unos "Ay Mería, Cha Pina, no sea tan delicada, cristiana", colocaban, en el sitio de 10 o 12 personas, 15 o 20, amén de la gente del pescante y de su tabla, y, es más, si todavía quedaba alguno que otro, patrimonio suyo era la "paleta" (estribo trasero para subir al carruaje) y hasta en casos extremos, el techo del Charabán (que los de la "línea" de Agaete tenían dos bancos en él) o si no los tenían, tumbados "a la bartola" (pero bien agarrados, desde luego), sobre el tablaje del techo» (Arucas, Revista Gráfico - Literaria, Navidades, 1946).

Del charabán dice el DRAE que procede del francés "char-à-bancs", en castellano "carro con bancos" y su significado es «Coche de caballos descubierto, con dos o más filas de asientos», de donde surgieron después los de motor que hemos vitos en las fotografías antiguas junto a nuestro desaparecido Parque de San Sebastián (Fedac Fotografía 8499 - MAISCH, TEODORO ).

La personalización en Panchito Hernández lo era también representando a un colectivo de personas de todos los tiempos, que no tenían la exclusiva tarea de conducir el vehículo y "colocar" a su pasaje como mejor pudieran, sino que añadían al difícil oficio aquellos pequeños "mandados" de llevar o traer de la "suidad" recados o paquetes delicados, o medicinas que no habían en Arucas que en muchos casos eran de suma urgencia. Eran tiempos de muy pocos coches particulares, no pasaban de una docena, y donde los cocheros, después chóferes, se convertían en auténticos mensajeros de felicidad.



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Fuente: "Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense




domingo, 29 de junio de 2014

MATEOS (Calle)

Esta calle en el núcleo pre-urbano de Arucas, antiguo callejón por el que se accedía desde la antiguas calles del Potrero (la actual calle Pérez Galdós) y del Real de San Juan a la calle Cerera y al Tabaibal, mantiene su nombre desde muy antiguo. Sabido es que las denominaciones populares de las calles en esos tiempos siempre se han realizado por el apellido del estante en la misma, bien por sus bienes o por su notoriedad social. La circunstancia que el apellido se mencione en plural, no condiciona su antigüedad, dado que al tratarse de un apellido patronímico, derivado del nombre de pila del padre o un antepasado, la nominación del antiguo callejón como MATEOS infiere que hace referencia a una saga de varios individuos de una misma familia.

En el Lugar de Arucas está documentado que en la antigüedad dos alcaldes ordinarios llevaron este apellido. Juan Mateo que lo fue en los años 1633 y 1634, y posteriormente, Salvador Mateo de Quintana quien lo fue desde 1706 a 1710.

En los primeros siglos tras la conquista castellana, hasta la segunda mitad del siglo XVIII los alcaldes ordinarios eran realmente un cargo de funcionarios elegidos por los regidores el uno de enero de cada año. Esta elección debía hacerse entre los vecinos y naturales del lugar que tuviera parroquia, y además, como en el caso de los regidores, preferir a los primeros pobladores y sus descendientes. En el antiguo Lugar de Arucas de escasa población se dio la circunstancia de que los cargos de sacristán de la parroquia y alcalde ordinario coincidían ocasionalmente en la misma persona, cargos que prestigiaban a la persona que los desempeñaba.

Aunque no podemos adverar que sea el caso que nos ocupa, el cargo de alcalde ordinario en muchas ocasiones pasaron de padres a hijos, por el conocimiento que de las familias tenían los regidores que los elegían para impartir la justicia ordinaria, pequeños conflictos entre vecinos.

La vinculación a la parroquia y a sus cofradías era considerado en la antigüedad un prestigio social. «Asociadas a la iglesia nos aparecen otras personas que indudablemente debieron gozar de cierta importancia, no ya tanto económica sino de prestigio social, aunque a nivel económico hemos encontrado en algunas parroquias que los sacristanes eran poseedores de esclavos. Estas personas que tienen relación con la parroquia son los sacristanes, los mayordomos de fábrica y cofradías y los alguaciles de la iglesia. En Arucas las fuentes hacen referencia a sacristanes menores y mayores. 

(...) Los sacristanes mayores de Arucas que quedan reflejados a lo largo del siglo fueron 8 y su permanencia en el cargo fue prolongada, y así Juan González lo fue de 1606 a 1624; Esteban Díaz de Ortega de 1627 a 1635; Fernando de Armas y Troya de 1654 a 1691 y Salvador Mateo de Quintana que comienza en 1696 y se introduce en el S. XVIII. Este último, junto con el Br. D. Juan Mateo de Castro, que fue sacristán de Arucas antes de pasar a párroco de Moya, en 1642, fueron los únicos clérigos que desempeñaron este cargo. Algunos de estos sacristanes desempeñaron la función de notarios y en ocasiones escribían las memorias y últimas voluntades convirtiéndose así, en muchos casos, en albaceas testamentarios; también en ocasiones compaginaban el cargo de sacristán con el de mayordomo de fábrica, como lo hizo Fernando de Armas y Troya en 1662» (RODRÍGUEZ CALLEJA, J.E.: La Población de Arucas y Moya en el siglo XVII, Las Palmas de GC, 2002, pp. 251-252).

Nos aparece el nombramiento de Salvador Mateo de Quintana como sacristán mayor el primero de enero de 1696, por la entrega del sacristán menor Miguel Suárez de Medina por la ausencia del mayor desplazado a Fuerteventura, quien hizo entrega «... de todo dicho tesoro menos una estola colorada que dicen no la había, todo lo cual entregó en presencia mía y de los testigos que lo fueron  los reverendos padres fray Simó González Denis y fray Bartolomé González Marrero de la Orden de los Predicadores, lo cual el susodicho cura en presencia de los dichos testigos entregó a Salvador Matheo de Quintana sacristán mayor de dicha iglesia, el cual lo dio por entregado en dicho día, mes y año, el cual dio por fiador a Lorenzo González Travieso, el cual se obligó con su persona y bienes habidos y para ver y entregar lo que faltare de dicho tesoro ...» (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 202).

Lo localizamos como vecino distinguido cuando el 13 de marzo de 1707, es uno de los firmantes ante notario, del acuerdo de los vecinos del Lugar convocados al toque de campanas «... para obtener el logro de Su Majestad el señor don Felipe V, haga merced a este lugar y sus vecinos del Beneficio Eclesiástico que pretenden por su vecindad de 500 y más vecinos y los frutos que en él se dan cuantiosos para la Fábrica de dicha Iglesia y Beneficiado ...» (Obra citada, p. 216).

Igualmente actúa de sacristán cuando se realiza el inventario del 24 de octubre de 1724 por mandato del visitador, con el añadido que comparecen como testigos dos licenciados clérigos presbíteros Francisco Bernardo y Andrés Mateo de Quintana deduciendo que se trate de un hermano de Salvador Mateo, tiempos remotos que dice el autor acreditan que el párroco vivía con otros sacerdotes para atender las capellanías que dejó Juan Mateo de Castro (Obra citada, p. 239).

Ese mismo año compagina el cargo de sacristán con el de notario público y de visita que ejerce en la del canónigo José Álvarez de Castro para comprobar el estado e inventario de las ermitas de san Pedro y san Sebastián en Arucas, de san Andrés en la Costa de Lairaga, de la Santísima Trinidad en Azuaje, de los Dolores en Los Trapiches y de san Nicolás de Bari en Tenoya (Obra citada, pp. 242/245).

En 1734 por un conflicto del párroco Pedro de Ortega con las hermandades del Santísimo y del Rosario de no seguir la costumbre de "rociarlas con agua bendita mediante el hisopo", comparece ante el párroco para informar de sus normas en su condición de secretario de ambas hermandades (Obra citada, p. 258). En 1736 comparece Salvador Mateo ya como mayordomo de la Cofradía del Santísimo (Obra citada, p. 256) y otras más comparecencias.

No nos ofrece duda que si alguna saga responde al prestigio social para que un callejón sea conocido con su apellido, es la de los hermanos Salvador y Andrés Mateo de Quintana, el segundo de aparente menor prestigio social que el primero, si bien  tiempo después sería párroco de Arucas:

«47º.- D. Andrés Mateo de Quintana, nació en esta Villa de Arucas y fué bautizado en la Parroquial del Sr. San Juan Bautista, donde dijo su misa nueva, fué Teniente Cura y Mayordomo de la Cofradía de Ánimas en dicha Villa, uno y otro muy poco tiempo, quedándose en flor con su muerte el mucho fruto que se esperaba siendo delatado su vida, fue sentida por todos y por muchos llorada por lo amable de sus buenos procederes. Su cuerpo está en dicha Parroquia, y su alma quiera Dios tenerla en el cielo. Amén» (QUINTANA MIRANDA, P.M.: Cuaderno 1º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, ed. digital, 2012, p. 78).

En cuanto a Salvador Mateo, su saga seguiría y así tenemos «Ejercía como mayordomo del Santísimo desde enero de 1739 Bartolomé Mateo de Quintana. Había sustituido a su padre Salvador Mateo que durante doce años había administrado la cofradía  "sin interés alguno, con celo y aplicación" » (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 266).




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Fuente: "Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense


sábado, 28 de junio de 2014

MARQUESES DE ARUCAS (Calle)

Antes INGENIERO ORENCIO HERNÁNDEZ, MUÑOZ y REAL.

Aún cuando no está acreditado documentalmente que se conociera como REAL, su trazado y anchura avala que la misma tuviera su origen en el antiguo el Camino Real que  desde el Camino de Gáldar a su paso por el Valle de los Cardones, y desde allí llegar a la Hoya de San Juan y pasando por donde ahora es esta calle enlazaba con la antigua calle Real de San Juan, en la antigüedad la más importante calle del Lugar de Arucas.

Siguiendo las costumbres de la antigüedad, muchas calles fueron conocidas popularmente por el apellido de alguna persona relevante estante en la misma, o propietaria de las tierras, y en este caso fue conocida como calle MUÑOZ. Aún cuando no pueda afirmarse que se corresponda con el mismo, existen noticias de Amaro Muñoz, propietario de tierras y casas, aunque algunos autores mencionan a Catalina Muñoz sin documentar.

Hay una referencia documental sobre el primero, cuando el 17 de abril de 1671 el visitador de la parroquia Calderín, para hacer la comprobación y liquidación de los tributos y alquileres recaudados, hizo comparecer al alcalde Pedro González Falcón, quien había desempañado el cargo de mayordomo de la fábrica parroquial en los años 1668 y 1669, declarando entre otros el que sigue: 

«Primeramente se le hace cargo de 84 reales de tributo de 42 reales cada año que pagan los herederos de Diego Hernández, impuesto sobre un cercado de tierras que está donde dicen la Hoya de San Juan con más otros pedazos de tierra calma que todo linda por la parte de abajo con cercado del bachiller Juan Matheo de Castro cura desta villa y por un lado tierras de Amaro Muñoz y por el otro tierras de Gaspar Martin y Gaspar Ayala y por la parte de arriba tierras de los herederos de Sebastián Rodríguez vecino que fue de Teror...» (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 156).

La detallada descripción nos menciona el "cercado del bachiller Juan Matheo de Castro" que puede ser parte de llamada Capellanía Grande, que se inicia en el ángulo formado por las actuales calle Pedro Marichal y calle Federico Díaz Bertrana, y lindando con dicho cercado las "tierras de Amaro Muñoz", tierras a través de las cuales hoy discurre esta calle.

El mencionado Gaspar de Ayala, puede ser el padre, quien fue Teniente de Gobernador de Canarias, o su hijo homónimo que fuera regidor y abuelo de Maria Ana o Mariana de Ayala que se casaría con el capitán Agustín Inglés del Castillo, propietarios de la hacienda conocida como Casa Ayala, de quienes desciende María de Ayala, mujer de Miguel Lazcano Muxica poseedor del vínculo de El Mirón. Ella fue quien colaboró económicamente con el párroco Lorenzo Finollo y Venegas para ampliar la pequeña ermita de san Juan Bautista, con la adición de dos pequeñas naves laterales para quedar en tres allá por 1652 (QUINTANA MIRANDA, P.M.: Cuaderno 1º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, ed. digital, 2012, p. 59). 

A finales del siglo XVII el lugar era prácticamente el inicio del Tabaibal, como queda patente en la descripción de una finca vendida el 13 de abril de 1697 por el Cabildo General a Juan López, vecino de Arucas, que se obliga a pagar 4 reales por un sitio para fábrica de casa « junto a la Plaza de San Juan y está de muros afuera, de 70 pies en cuadra. Linda por un lado dichos muros, por uno y otro lado Calles que han de quedar y van al Tabaibal » (SUÁREZ GRIMÓN, V.: "Propios y Realengos en Gran Canaria en el Siglo XVIII", III Coloquio de Historia Canario-Americana, 1978, p. Anexo).

El primer cronista estimaba que su denominación de Muñoz, «es tradicional, por haber vivido en dicha calle un tal tío Pepe Muñoz, con su mujer á quien llamaban “la muñoza”, y tenían una tienda en dicha calle, casi al llegar á la calle de San Juan», referencia que ya nos sitúa en tiempos posteriores a los anteriormente comentados (QUINTANA MIRANDA, P.M.: Cuaderno 2º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, ed. digital, 2015).

El 30 de mayo de 1903 María del Rosario González y Fernández del Campo, casada con Ramón Madán y Uriondo, heredera del que fuera alcalde de Arucas Bruno González Castellano y también comprador de la mitad del Mayorazgo de Pedro Cerón en 1859, realiza su testamento en el que establece: 

«Octavo. Lega la casa grande de la calle de Muñoz marcada con el número treinta de gobierno en la que nació la exponente y todo el solar y sequero contiguo a objeto de que se dedique a establecimiento de un Hospital de pobres, dejando todo el solar y sequero para que sea susceptible de ampliar el establecimiento cuando se considere conveniente.

Noveno. Para los efectos de este legado el Ayuntamiento de la ciudad de Arucas se hará cargo de dicho edificio, solar y sequero, no pudiendo emplearlo sino al fin indicado; esperando del celo y honradez del mismo Ayuntamiento así como de los sentimientos que le caracterizan, tome el mayor empeño en la instalación de un Hospital, digno de un pueblo tan culto y humanitario» (ÁLVAREZ ÁLVAREZ, R. y ABRANTE LUIS, M.: La Educación Silenciada. La Casa del Niño de Arucas, Las Palmas de GC, 2014).

El 29 de abril de 1911 el Rey Alfonso XIII concede el título de Marqués de Arucas al matrimonio y el 11 de enero de 1914 fallece Maria del Rosario, que instituye heredero de todos sus bienes, derechos y acciones a su cónyuge Ramón Madan, quien al testar el 21 de enero de 1931 dispone «... que en el mismo edificio se instale también un Asilo para Pobres y en caso de no construirlo el mismo testador o de no dejarlo terminado en vida, encarga a su heredera que lo construya o termine ...».

Declarada la Segunda República el 14 de abril de 1931, aproximadamente un mes después, fallece Ramón Madán el 17 de mayo de 1931. En la sesión de la corporación municipal presidida por el Alcalde Rafael Díaz Batista, se da cuenta del testamento de los Marqueses, con la donación del solar y el compromiso de construcción y destino, tomándose el acuerdo de comunicar a «su heredera doña María del Carmen Fernández Madán, de Massieu, el reconocimiento de esta corporación municipal por tan importante fundación».

En siguientes sesiones del ayuntamiento republicano se adoptan distintos acuerdos para nominar distintas calles de Arucas en reconocimiento a hitos y atributos de la nueva etapa democrática, así como personas que representan para Arucas valores encomiables del momento, y entre estos últimos surge el nombre del Ingeniero Orencio Hernández.

Al mismo se debía la dirección técnica en la construcción de la Presa de Pinto de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, que precisó de muchas novaciones en el proyecto por las complejidades aparecidas durante su construcción debidas al subsuelo del barranco homónimo, siendo la primera gran obra de ingeniería hidráulica que se construía en la isla, que aportaba una solución definitiva para el riego durante el estío de los cultivos de regadíos de los que se beneficiaban muchos herederos, lo que venía a generar más puestos de trabajo. En su memoria se nominó esta calle como INGENIERO ORENCIO HERNÁNDEZ.

El 3 de febrero de 1934 ya está terminada la construcción del Asilo-Hospital bajo la dirección técnica del arquitecto Miguel Martín-Fernández de la Torre, y el entonces alcalde José González Santana recibe la donación total del edificio, actuando en representación de la heredera de los Marqueses su cónyuge Felipe Massieu de la Rocha, «quedando obligado el Municipio a destinar dicho edificio exclusivamente a Hospital y Asilo para pobres», si bien lo que se había trasladado a la prensa es más ambiguo «Una obra importante: Hospital, clínica de urgencia, "hogar del niño", asilo, etcétera. En breve será entregado al Ayuntamiento de Arucas el edificio construido por don Felipe Massieu, ...» (La Provincia, 11-mar-1933).

El mismo alcalde en la sesión municipal del 11 de mayo de 1934 propone el acuerdo aceptado que la cuadrilla municipal proceda a poner en las debidas condiciones el pavimento de las calles que circundan al Hospital de esta ciudad, cuyo estado contrasta visiblemente con el decoroso aspecto de dicho edificio. La puesta en marcha del Hospital hace necesario la disposición de fondos para dotarlo de mobiliario específico y enseres sanitarios, y el ayuntamiento gestiona con el Cabildo una fórmula que permita avanzar una solución definitiva. Mientras tanto, en la segunda mitad de 1935 se acuerda habilitar dos dependencias para atender a las curas de urgencia de los heridos.

En este panorama de estrecheces económicas que hace imposible la total puesta en marcha del Hospital y Asilo, Arucas está padeciendo la mayor huelga general, y en particular de jornaleros de la tierra, donde los patrones siguen la postura "caciquil" de no negociar ninguna propuesta de solución presentada por la Federación Obrera, amparados en su doble condición de patrones y líderes norteños de la gran derecha política bajo la marca del Partido Popular Agrario Autónomo bajo la que se presentaron las distintas familias del anterior "leonismo" y donde ya coincidían personas con grandes dotes para practicar el clientelismo de obligar a sus trabajadores a cambio del jornal, entre los que destacan « ... los señores del Conde para sus medianeros del Cortijo del Corchos, a Don Felipe Massieu, Don Laureano de Armas, Don Manuel del Toro, Don Alejandro Rodríguez, los señores de Barbosa, Don Severiano de Armas, Don Sixto del Castillo, los señores de Manrique (Cortijo de Crespos) y Don Francisco Guerra (Firgas) » (MONTEIRO QUINTANA, M.L.: La derecha en Las Palmas durante la II República: el Partido Popular Agrario Autónomo, Tesis Doctoral ULPGC, 2004, p. 387).

En 18 de julio de 1936 acontece el golpe de estado que daría inicio a la dictadura franquista, y sin resolverse la total puesta en marcha del Hospital y Asilo, la Comisión Gestora Municipal en su sesión de 2 de octubre de 1936, acuerda nominar la calle como MARQUESES DE ARUCAS de cuyo historial ya hemos dado cuenta.

No es extemporáneo el acuerdo tomado, pues aún reconociéndose que el Marquesado era acreedor a tal nominación por la donación del inmueble, habían otras intenciones muy distintas a ese universal reconocimiento del pueblo de Arucas. Había un claro interés político-social en la decisión, y así disponer del edificio con fines distintos a los exigidos por el donante, y sin aparente oposición del representante. En particular conforme a la publicada Orden General del día 1º de septiembre del auditor de Guerra, que establecía: «Artículo primero: La visita general de cárceles y prisiones donde se hallan individuos sometidos a la jurisdicción de Guerra que declara preceptiva el artículo 685 del Código de Justicia Militar (...) Artículo cuarto: En los pueblos de Arucas, Gáldar y Guía se verificará la visita general también por mi autoridad el domingo día 6 a las 9 y media ...». 

Los tiempos corrían veloces, ya se habían ocupado los sótanos del edificio para una "checa" en la que se castigaba inhumanamente a los detenidos "sin cargos", por su simple adscripción a la Federación Obrera, y de alguna forma había que premiar el consentimiento por su uso muy distinto al exigido por el donante primigenio «Como ya hemos reseñado anteriormente la ocupación de las instalaciones del aquel entonces construido y donado Asilo-Hospital de Arucas fue fruto del acuerdo del poder político municipal, ocupado y nombrado por orden militar, y los falangistas o militares. Además de las fuentes documentales escritas, que ya hemos señalado con anterioridad, la información oral es también muy clarificadora y contundente al respecto del uso de las instalaciones del inmueble por parte de los militares y falangistas con esa finalidad represiva» (ÁLVAREZ ÁLVAREZ, R. y ABRANTE LUIS, M.: La Educación Silenciada. La Casa del Niño de Arucas, Las Palmas de GC, 2014).

Pocos meses después quedaba oficialmente adverado y maquillado el cambio de uso del inmueble cuando el Gobernador Civil declara a la prensa del movimiento del 21 de octubre de 1937 «con motivo de la futura inauguración de la primera Casa del Niño precisamente en Arucas, habla de su plan de Beneficencia que bajo el signo de Auxilio Social intentaría ...» para poco después ser nombrada como regidora la camarada Antonia Hidalgo de Cuyás.

De los tristes avatares allí acontecidos, de la represión con adultos y niños, mejor no hablar aquí y sí recomendar la lectura de la buena bibliografía citada "La Educación Silenciada". 


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Fuente: "Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense


viernes, 27 de junio de 2014

LEÓN Y CASTILLO (Calle)


Antes de LA ESCUELA, SAN SEBASTIÁN y REAL. 

Cuando contemplamos esta actual calle, prácticamente en línea recta con un pequeño ángulo en su intersección con la calle San Juan, podríamos considerar que su trazado en la antigüedad era muy futurista, convencimiento al que puede llegarse incluso cuando conocemos de sus anteriores denominaciones.

En los primeros tiempos del Lugar de Abajo de Arucas, lo que hoy conocemos por Casco Histórico, el camino que la unía a la Ciudad Real de las Tres Palmas, estuvo siempre condicionado por la especial orografía de esta isla "redonda", cuyo tránsito depende de los barrancos que de forma radial desde las Cumbres desaguan en la costa, y muchos de ellos, con cauces con márgenes de grandes rampas formadas por la continua erosión y drenaje de las aguas pluviales durante muchos siglos.

La mayor dificultad orográfica entre la Ciudad y el Lugar de Arucas siempre lo fue el barranco de Lezcano, o de Tenoya aguas abajo, de abundantes aguas en tiempos pasados, que condicionaron el tránsito de personas y animales, unos que cuando disponían de buena economía utilizaban el servicio de los "pertigueros" que los portaban en sillas con andas, otros que lo hacían como prestigiados caballeros en buenas yeguas, y los más en mulas o a pie.

El documentado Camino de Gáldar atravesaba el barranco de Tenoya, después de haber bajado por Cuevas Blancas, por  el antiguo sendero aborigen de El Portichuelo, para llegar al Valle de los Cardones y seguir hacia Trasmontaña. Antes, desde el Valle, quienes querían llegar hasta el Lugar de Arucas, tomaban el sendero aborigen que pasando por El Carril y El Hornillo, llegaban hasta la Hoya de San Juan, trayecto en el que se encontraban los pequeños asentamientos aborígenes.

Desde este último lugar, el Camino Real pasaba por El Terrero, seguía por la actual calle Marqueses de Arucas, y bajaba al llano por el lomo que luego sería la actual calle San Juan para conectar con la actual calle León y Castillo. Posiblemente las variantes del Camino Real hacia la ubicación de la entonces ermita de san Juan Bautista, fueron definiéndose en la primera mitad del siglo XVI. Hay que considerar la población de entonces, y en el acta de la visita del provisor Hernán González de la Costa del 18 de octubre de 1556 se dice «considerando que en esta villa de Arucas hay más de 40 vecinos y feligreses a los cuales según derecho se deben enteramente administrar y conceder todos los santos sacramentos»  (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 31) de donde hemos de considerar un estimado de 200 vecinos, a los que habría que añadir los niños y esclavos no bautizados, pues los canarios no bautizados fueron deportados u obligados a vivir en "la parte de atrás de la isla".

Valga la extendida aclaración para comprender que el trazado del Camino Real que daría nombre de Calle REAL a ésta, coincidía con ella a partir del cruce con la actual calle San Juan y en dirección de poniente hacia donde estuvo la ermita de san Sebastián, la actual Plaza de La Constitución, para enlazar con el camino de los Ingenios azucareros, por El Cerrillo y Lomo de San Pedro.

El crecimiento y construcción de la calle en dirección naciente hacia lo que se conoce como El Pino lo sería posterior, paralelamente al crecimiento poblacional y en torno a la ermita de san Juan Bautista, el atajo que unía ambas ermitas la hoy calle Gourié, y que definiría la prolongación de esta calle en dirección de naciente, en cierta medida siguiendo el cauce de la Acequia Real, en el tramo que luego correspondería a la Subacequia de San Juan, que siglos atrás llevaba la fuerza del agua a los ingenios del gobernador Lope de Sosa y del escribano Juan de Aríñez, así como a los cultivos de las Vegas de Afuera, prolongación que tiempos después alcanzaría su definición y alineación en dos tiempos que más adelante comentamos.

Igualmente, que fuera el Camino Real que llevaba a la ermita de san Sebastián, determinará que el mismo sea conocido como el Camino de San Sebastián, para terminar nominándose como calle SAN SEBASTIÁN aproximadamente en el siglo XVIII, eran los tiempos en que la ermita ya había sido reconstruida por el Capitán Alonso de Múxica, antes del año 1724.

Con la construcción en 1850 de la primitiva Casa-Escuela en la intersección de la misma con el callejón de Grajería, hoy calle Cronista Juan Zamora Sánchez prolongación de la calle San Juan, para albergar la Escuela de Primeras Letras, sería llamada calle de LA ESCUELA (JESÚS Y VELEZ-QUESADA, P.P.: Arucas, hombres y hechos, Las Palmas de GC, 1984, p. 276), si bien perduró su paralela notoriedad como calle REAL en su tramo de naciente, la fotografía que encabeza esta entrada al Blog. El origen de la Escuela está en la testamentaria de los Canónigos José Fernández Abad y Vicente de Armas, que habían dejado con este fin unas tierras y casas en Trasmontaña, y se hicieron por acuerdo de la sesión municial del 2 de junio de 1850.

La construcción de la carretera desde Las Palmas a Arucas en la segunda mitad del siglo XIX va a ser una constante en el desarrollo urbano de la recién reconocida Villa de Arucas; se van dando hitos sucesivos que afectarán a la alineación de la que va a ser la principal calle de la Villa, conforme al trazado de la carretera diseñaba el ingeniero Juan de León y Castillo que ya se conocía desde 1841. Así en 1860 quedaba terminado el puente sobe el barranco de Arucas propuesto por Germán Mujica y financiado por la Heredad de Aguas, diseñado para encontrar la línea recta que se trazó entre el extremo norte del mismo y la prolongación de esta calle, desestimando así su desviación hacia la falda de la montaña de Arucas, lo que comportó la expropiación de tierras a los entonces adquirentes de la Capellanía Grande en la entrada a Arucas y el retranqueo de la fachada del nuevo Cementerio.

La nueva burguesía aruquense se sindicaba para otorgar un préstamo al ilustre contratista de la carretera, el diputado Antonio Matos Moreno después padre del político Leopoldo Matos, hipotecando los muchos bienes de su padre para garantizar la operación ante una posible quiebra, como así sucedió. Se había terminado el Túnel del Machicao en Tenoya, y con el préstamo obtenido se reconstruía con más fortaleza el puente sobre el barranco de Lezcano. Avanzaba el tiempo y el desmonte en las rampas hasta Arucas se iba realizando  y se apisonaba la típica tierra blanca para que circularan los carros.

Ya en 1869 había un servicio de coches tirados a caballo de la empresa La Marina, bajo la dirección de Mr. Lustre, que salía de Arucas todos los días a las siete de la mañana y regresaba de Las Palmas a las cuatro de la tarde, la cual vendía sus billetes en la nueva calle de San Sebastián (la actual calle Pérez Galdós) y en la calle Mayor de Triana de la Ciudad.

En la última década del siglo XIX, el ayuntamiento acomete la alineación de la calle REAL o de la ESCUELA, que precisó retranquear las fachadas del lateral norte que producían un estrechamiento de la calle, aproximadamente desde donde se construyó después el Cine Díaz hasta la esquina de la calle San Juan, proyecto que comportó la sustitución de casas de planta baja por viviendas de planta alta.

Después de una manifestación pública que recorrió esta calle organizada por los gobernantes "leoninos", locales encabezados por Francisco Gourié Marrero propietario de la Azucarera de San Pedro, en 1892 el ayuntamiento acordó dar el nombre de LEÓN Y CASTILLO, y gran en reconocimiento a la valiosa mediación del político Fernando de León y Castillo para la supresión de la franquicia de los azúcares canarios a su entrada en la Península. Fernando León y Castillo, Marqués del Muni (Telde, 1842 -  Biarritz/Francia, 1918), abogado, político y diplomático canario, que participó en la política de España, impulsando decididamente la intervención española en el Norte de África  y que fue ministro de Ultramar durante el reinado de Alfonso XII y ministro de Gobernación  durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena.

Estudió Derecho en Madrid y colaboró en publicaciones liberales en los últimos años del reinado de Isabel I. Tras la Revolución de 1868 fue nombrado gobernador civil de Granada y Valencia. Resulta elegido diputado a Cortes por Gran Canaria en 1871 y más tarde senador.

Promovió diversas obras de construcción en Gran Canaria, como el Puerto de La Luz; se contruyó además el faro de Maspalomas y el lazareto de Gando. También se crearon los correos interinsulares, conocidos como "correillos", pequeños barcos de vapor que venían a comunicar las Islas entre sí.

En 1924, siendo alcalde Servando Blanco Suárez, se adopta el acuerdo de poner el pavimento de baldosín de asfalto comprimido en la calle, y entre las condiciones que se le imponen al contratista Paulino Montesdeoca Henríquez se incluye resolver las expropiaciones del alineamiento del tramo de naciente de la calle, que precisaron llegar a acuerdos de retranqueos con varios vecinos: Juan Miguel Gil Cabrera, José Hidalgo González -mi abuelo materno- y Tomás Vega Almeida. También fue necesario la expropiación total de dos viviendas en la intersección con la calle Gourié, propiedad de Inés Henríquez y José Henríquez Mateo que comportaron indemnizaciones que se elevaron a un total de 18.500 pesetas (ZAMORA SÁNCHEZ, J.: La Obra del Cronista, compilación de Juan Zamora Maldonado, Las Palmas de GC, 2003, p. 320).

Estas dos últimas expropiaciones lo fueron para darle anchura a la calle y para la construcción de un parque "chico" o glorieta. Cuando en 1925 muere el dr. Joaquín Blanco Sapera, padre del alcalde que había sido el médico que llevó la Beneficencia Municipal durante cuarenta años y que allí tenía su despacho, la corporación municipal, con la ausencia preceptiva del alcalde, toma el acuerdo de perpetuar su nombre nominando la glorieta a su nombre.

De alguna forma no caló popularmente aquella finura ajustada al diccionario de llamarla glorieta, y popularmente se llamó "parque chico", que de manera interesada o desinteresada evolucionó en los años cuarenta del pasado siglo para llamarse "parque chino", que según algunas fuentes vino motivado por la actuación de unos acróbatas chinos en dicha glorieta o "parque chico" como se le decía, sin que sepamos si se asumió por no menospreciar el tamaño de la imagen del homenajeado con la glorieta, si bien fue muy apreciado su buen hacer social.

Se concluía así la total alineación de la calle LEÓN Y CASTILLO, que guarda en su devenir muchos de los hitos de la historia de Arucas, que terminaría por ser su calle principal y el inicio del crecimiento de su tejido urbano hacia el sur, reflejando las fachadas de sus construcciones un testimonio de los grandes períodos de bonanza económica vivida que motivaron las grandes inmigraciones que conforman su ciudadanía.



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Fuente: "Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense