viernes, 4 de julio de 2014

PEDRO MARCELINO QUINTANA (Calle)

Antes CALVO SOTELO y ÁLVAREZ. 

Esta calle  formó parte de la calle CALVO SOTELO, antiguamente calle ÁLVAREZ, cuyos detalles comentamos en la entrada Calle CALVO SOTELO a este Blog, hasta que resultó dividida en dos en 1955 a partir de la intersección con la calle de La Cruz para nominar el tramo entre ésta y la calle de San Juan con el nombre del cronista.

El 12 de junio de 1955 se rotuló esta calle con el nombre de PEDRO MARCELINO QUINTANA, de segundo apellido Miranda, quien fue el primer cronista oficial de la ciudad. Nació el 8 de diciembre de 1886 en la calle El Terrero nº 18, actual calle Juan de Dios Martín,  siguiendo la carrera sacerdotal y estudiar Teología y Derecho Canónico en la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Canarias, recibiendo el título de licenciado en Sagrados Cánones y Filosofía el 19 de julio de 1910, siendo ordenado sacerdote por el obispo Pérez Muñoz, diciendo su primera misa en Arucas el 29 de septiembre de 1910. Durante ocho años ejerce de coadjutor en la parroquia de San Lorenzo y destinado a la Isla de Cuba vuelve en 1921, haciéndose cargo la capellanía del Colegio de La Salle de Arucas, donde ejerce la docencia y dirección espiritual.

Desde muy joven cultivó las bellas letras escribiendo más de quinientas composiciones poéticas y varias en prosa inéditas, como la novela Aves peregrinas o humorística como Aventuras del Clérigo Don Sebaldo. En el capítulo histórico-religioso realizó la Historia del Seminario Conciliar de Las Palmas, Apuntes para una historia de la Compañía de Jesús en Las Palmas y Vida de San Cristóbal, y de forma más generalista en la temática publicó más de trescientos artículos en la prensa provincial desde 1929 a 1932.

Su Historia de la ciudad de Arucas, publicada en 1979, es una obra dirigida a los niños, si bien es más la detallada historia de la parroquia adornada con distintos acontecimientos del contorno popular. Fue el traslado de su manuscrito al Ayuntamiento para su publicación, que sería tardía, motivo suficiente para que el Pleno Municipal celebrado el 9 de agosto de 1944 le nombrara a título honorífico Cronista Oficial de la Ciudad de Arucas, siendo por consiguiente el primer cronista del municipio como ya se ha dicho.

En el año 2012 el Ayuntamiento de Arucas realizó la edición digital de su Cuaderno 1º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, disponible en el sitio Ediciones Digitales Ayto de Arucas. Se está ultimando la edición del Cuaderno 2º y después el .

A modo de prólogo dice el Profesor Ramón Díaz Hernández en la Presentación de la edición digitalizada del Cuaderno 1º, bajo su dirección, que esa obra comprende« tres Cuadernos manuscritos que suman un total de 837 páginas. Es exactamente en el día 28 de mayo de 1926 cuando empezó don Marcelino Quintana a escribir su primer Cuaderno de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas acabándolo el 4 de abril de 1927. El segundo lo comenzó en 1927 y lo terminó en 1931. El tercero lo debió terminar en la primera mitad de los años 30. 

(...) Se trata en definitiva de un registro general de anotaciones, fichas con datos de interés lingüístico, noticias genealógicas, tablas de cifras, comentarios, reproducción de textos, sucesos acaecidos en Arucas, visitas pastorales, rogativas, resúmenes, correspondencia, borradores y demás materiales que, en su conjunto, no guardaban un orden temático determinado, ni concordaban con los habituales hitos temporales de forma coherente. Aunque abundan las referencias a temas generales de la Historia de Canarias, suponemos nuevamente que estos apuntes estaban destinados a componer una Historia de Arucas más profunda y contextualizada en un momento en que su autor entraba de lleno en la madurez intelectual de los 40 y más años de edad». 

La elección de esta pequeña calle para su nominación al primer cronista que falleció el 23 de julio de 1952, guarda relación con la proximidad de su segundo domicilio, en el número 19 de la calle de San Juan, al que se mudó la familia algunos años después de establecer su residencia en Arucas.

Es aquí en este domicilio donde tenía un rústico vivero de plantas; unas pocas y pequeñas macetas y muchos oxidados "cacharros" (DICCIONARIO DE CANARISMOS: Envase de hojalata, de diferentes tamaños) situados a ambos lados del largo y estrecho patio de entrada a las habitaciones de su modesta casa, muchos colgando de las paredes, donde cultivaba las más diversas plantas que uno pueda imaginarse, conocimientos que le llevaron a escribir una serie de anotaciones al Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias de Viera y Clavijo.

Allí tenía también expuesta la recopilación de objetos y vestigios arqueológicos, unos productos de sus investigaciones de campo y otros que le fueron entregados por aruquenses sabiendo de sus conocimientos y de sus continuas consultas bibliográficas. Todo ello permitió que presentara un trabajo al concurso organizado por El Museo Canario en 1930 titulado "Correcciones a la Historia de Canarias de Viera y Clavijo", por el que resultó premiado.

Si bien no tengo recuerdos de haberle conocido personalmente, murió cuando tenía tan sólo cuatro años, si tengo recuerdos de mis idas y venidas a su vecina casa después, donde conocí a su hermana Dª Enriqueta Quintana, y en particular su vivero donde no dejó de sorprenderme nada de lo que contemplaba. Aquella Mimosa púdica, o sensitiva, que se cerraba cuando la tocaba; no me extrañaría que se la trajera él mismo de Cuba o se la enviara algún conocido desde la América tropical de su habitat.

Como tampoco aquellos "cacharros" con plantas vivas en tierra inundada de agua; en esos años pensé que se había olvidado de hacerle el agujerito para desaguar, muchos años después conocí que ese sistema de cultivo lo llamaban "hidroponía".

Curiosamente la calle que recibió su nombre el cronista fue donde transcurrió nuestra infancia, veces jugando al boliche o con los carretones, allí donde nos reuníamos cuando caía la noche, junto a la ventana de la Gota Leche, para contar las aventuras del día de la adolescencia que íbamos perdiendo. Cuando se levantaron los empedrados de la calle para su adoquinado, allí estábamos observando con ilusión por si aparecerían aquellas "bonituras y gaseosas" que se nos perdieron por los oscuros agujeros de los bota-aguas, con la esperanza quizás, que con ellas encontráramos de nuevo los años ya vividos.

Quintana Miranda presentó en 1946 una propuesta de escudo heráldico para la ciudad de Arucas, de la que se tomarían algunas de sus ideas para el diseño final atribuido al Concejal Florencio Santana Sánchez en 1954. Habría que valorar la importancia de su propuesta, pues lo fue en oposición a otra que proponía el blasón del Mayorazgo de Arucas, cuestión que rechazaba acertadamente dado que no era representativo del pueblo de Arucas.



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Fuente: "Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense


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