lunes, 2 de junio de 2014

ARQUITECTO VEGA MARCH (Calle)

Antes  SARGENTOS PROVISIONALES, PLAZA DE SAN JUAN y PLAZA DE LA PARROQUIA. 


Antes de la última rotulación recibida, esta calle no tenía denominación alguna, pues era parte del  perímetro de la PLAZA DE LA PARROQUIA, que luego se llamaría PLAZA DE SAN JUAN de la cual desarrollaremos su historia en la entrada de este Blog a la misma.

En esta calle encontramos edificaciones representativas de la arquitectura doméstica de los siglos XVII y XVIII, conformados por la Casa Parroquial y la casa de planta alta de la antigua Capellanía del Presbítero Juan Mateo de Castro, tal como el mismo la sitúa con sus linderos: 

«con la calle por donde pasan las procesiones del Corpus y por la parte de arriba con sitio de la cofradía del Santísimo Sacramento y por la parte de abajo con la misma plaza de dicha villa» (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 196). 

Se encuentran también edificios de planta baja con cubiertas de teja a dos aguas, huecos con sillería de piedra y ventanas de guillotina, salvo la fachada de la Casa Parroquial con una paño gótico de puerta-ventana de la rehabilitación realizada a finales del s. XIX por el Párroco Morales, tras la demolición parcial por la explosión intencionada de un cartucho de dinamita siendo párroco el gomero Eutimio Darias. 

Avanzada la dictadura franquista, entre la década de los 60 y 70 del pasado siglo XX, las Hermandades de los Alféreces y Sargentos Provisionales iniciaron una coordinada acción con sus asociados, desde la finalidad de alcanzar un testimonio reconocimiento social por su activa su participación individual en la Guerra Civil Española. No tardó en llegar la iniciativa a nuestra ciudad, y algunos miembros de la Hermandad de Sargentos Provisionales cercanos a la Corporación Municipal lograron que se rotulara esta calle como SARGENTOS PROVISIONALES. 

Estos cargos militares intitulados como "Provisionales" fue una iniciativa surgida desde la Falange para dotar de cuadros al ejército que se reveló en armas contra la República, por las propias necesidades bélicas ante la escasez de oficiales de complemento, es decir, procedentes de las academias militares.  Era una captación que se hacían en las propias filas de los movilizados y de los que se conocía tenían alguna titulación académica, así como centurias de la propia Falange conformada por universitarios afines al partido. 

La propia norma reguladora establecía que el empleo de oficiales y sargentos provisionales se integraría con los efectivos en igualdad de condiciones de destinos, mandos y situaciones militares mientras perdurase su existencia, que se mantendría "mientras la nación les necesitase", quedando por tanto vinculado el término del empleo al fin de la propia guerra civil, desde la teoría que llegado el término de la contienda accederían sin mayores problemas podrían acceder a un puesto de trabajo en la vida civil por su propia formación académica.

La profunda crisis económica y la autarquía en la que se sumergió el país, condicionó en gran medida su reincorporación al término de la guerra, lo que favoreció la regulación por ley del acceso a determinados "servicios civiles" reservados para los cuadros "provisionales", solución que si bien aportó alguna solución material, fue considerada por las hermandades que no trasladaba a la sociedad el reconocimiento de su merecida aportación a la éxito de la contienda. Aquí en Arucas, sorpresivamente muchos debieron ser los hermanados que presionaron a la Corporación, dado que obtuvieron para sí la nominación de una calle en una ubicación muy privilegiada junto a la iglesia parroquial, encuadre que satisfacía plenamente sus aspiraciones. Curiosamente lo fue en exclusiva para los suboficiales provisionales. 

Aprobada la Constitución Española, en la sesión del Pleno del Ayuntamiento de 24 de abril de 1981 en que se revisó de forma generalizada la nomenclatura de las calles y plazas se acordó que la calle reciba el nombre de ARQUITECTO VEGA MARCH. Manuel Vega i March (Granollers, 1871 - Barcelona, 1931) fue el arquitecto ganador del concurso  y autor del proyecto neogótico de construcción de la nueva Iglesia de San Juan Bautista de Arucas en 1908. Titulado en 1892, siete años después ingresa como profesor en la Escuela Superior de Arquitectos de Barcelona, de la que luego sería director. Autor también del Colegio de Huérfanos Pobres de Sant Julià de Vilatorta en 1904, de un proyecto de urbanización de Montjuïc para la Exposición Internacional de 1929, con Lluís Domènech i Montaner, y, un proyecto de 1922 no ejecutado para la plaza de Cataluña de Barcelona. 

Fue académico de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi  (1913) y director de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona (1920-1931). Fundó y dirigió la revista Arquitectura y Construcción (1889-1923), y fue autor de importantes estudios publicados como "Las enseñanzas industriales en España" (1903) y "La reforma de Barcelona" (1907). 

Para dirigir la ejecución del proyecto realizado por Vega March la Junta Pro-edificación del templo contrata al arquitecto Fernando Navarro y Navarro (Las Palmas de GC, 1864 - Madrid, 1925) que como arquitecto diocesano intervino también en la reconstrucción de la Basílica del Pino en Teror y la conclusión del frontis de la Catedral de Santa Ana, debiéndose al mismo también la iglesia parroquial de Montaña Cardones que proyecta y dirige, así como el edificio de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas. A su fallecimiento dirigió la ejecución del proyecto su yerno Rafael Masanet y Faus (Alcoy, 1890 - Las Palmas de GC, 1966), nombrado arquitecto diocesano. 

El arquitecto proyectista dejó acreditado el dominio de osadas técnicas: piedra y vidrio, verticalidad y luz, todo sobre una planta central «Nuestro arquitecto , Manuel Vega i March, va a realizar en esta iglesia de Arucas una casi novedad dentro del neogótico. Va a crear una iglesia de planta central. En efecto el nuevo templo de Arucas, como así gustaba llamarlo a sus patrocinadores, tiene una planimetría central lograda con la adecuada ampliación del crucero. Vega i March corta casi en ciernes las tres naves, de tal manera que las laterales sólo desarrollan un tramo y la principal, analizándolo con generosidad, dos tramos, y escribo con generosidad porque realmente el primer tramo no es exactamente la nave sino el recibidor, el atrio cubierto que queda bajo el coro. 

He señalado que las naves se ven cortadas por un transepto de igual ancho que la nave central y aún más dilatado en la zona del crucero. Este centralismo se refuerza con la tribuna que recorre los laterales del templo, pues en el momento de acceder a él, por la puerta principal, nos sentimos empujados a acudir hacia el centro del templo. En breves pasos ya estamos bajo el crucero. Crucero que no sobresale ni por tener una altura destacada ni por ser coronado, apreciable en su interior, por un cimborrio que tal vez estimó el arquitecto como un exceso volumétrico en tan corto espacio. 

(...) Las capillas alojadas en las torres angulares, como igualmente la sacristía y dependencias anejas, no suponen parte estricta del interior de la iglesia. Aquellas están comunicadas abiertamente, pero sólo forman un elemento anexo, no forman básicamente el espacio-iglesia» CAMPOS ORAMAS, J.: La iglesia de San Juan de Arucas en la estela del gótico catalán, Las Palmas de GC, 1999). 

Muchas manos anónimas de Arucas fueron necesarias para culminar esta joya arquitectónica. Maestros de obra, labrantes, canteros, cabuqueros, y un largo etcétera dieron la más bella forma a cada una de las piedras para que el proyecto de Vega i March fuera una auténtica realidad, para goce y disfrute de las generaciones siguientes.




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Fuente: "Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense

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